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Formación Intelectual de Tomás Moro

Formación Intelectual de Tomás Moro

 

José Gómez Cerda

 

En Tomás Moro podemos encontrar un ejemplo de vida, un político honesto, modelo para aquellos laicos que queriendo vivir en medio del mundo, busquen transformarlo y llevarlo a Dios. Tomás Moro fue modelo político, honesto por su afán de servir, veía la política como su modo de servir a Dios: su vocación.

 

 

Thomas More, nombre original en inglés, conocido en la expresión española de Tomás Moro, nació en el corazón de la ciudad de Londres (Inglaterra), en su casa familiar de Milk Street, el 7 de febrero de 1478.

 

 

Fue el hijo mayor de sir John More, mayordomo del Lincoln’s Inn, uno de los cuatro colegios de abogados de la Ciudad de Londres, jurista y posteriormente nombrado caballero y juez de la curia real; y de su mujer Agnes More.

 

 

Moro nace en la última fase de la Guerra de las dos Rosas, durante el reinado de Eduardo IV de York (1461-1483) y parte de su infancia transcurre durante los dos años del cruel reinado de Ricardo III (1483-1485), el último monarca de la rosa blanca.  Tomás tiene apenas siete años cuando, tras la batalla de Bosworth Field, entra en Londres Enrique VII, primer Tudor, que unirá con su matrimonio las dos casas de Lancaster y York

 

 

En 1486, tras cinco años de enseñanza primaria en la antigua Escuela de San Antonio (Saint Anthony’s School), una destacada escuela de gramática de Londres,  además de ser la única gratuita, fue conducido según la costumbre entre las buenas familias al palacio de Lambeth, donde sirvió como paje del cardenal John Mortonarzobispo de Canterbury y Lord Canciller de Inglaterra.

 

 

Tomás se educó en la St. Antony’s School, entonces la mejor de Londres, y a los doce años de edad fue enviado a casa del cardenal John Morton, arzobispo de Canterbury y Gran Canciller de Inglaterra.  Es evidente que Moro recibió una gran influencia de Morton, a quien cita elogiosamente en su Historia del rey Ricardo III, e, indirectamente, en  su libro la Utopía.

 

Desde sus primeros cinco años en la Grammar School de St. Anthony, en Threadneedle, Tomás demostró unas aptitudes excepcionales para el latín, la retórica y la dialéctica.

 

Sin duda, por tan buenas habilidades y por la influencia de su padre cerca del arzobispo de Canterbury, John Morton (entonces el hombre más poderoso de Inglaterra después del rey), Tomás pasó luego (1489-1491) a formarse en el propio palacio londinense del arzobispo, Lambeth Palace.

 

 

Morton decidió, en 1492, (El año del descubrimiento del conteniente americano) sugerir el ingreso de Tomás Moro, que por entonces contaba con catorce años, en el Canterbury College de la Universidad de Oxford, donde pasará dos años estudiando la doctrina escolástica que allí se impartía y perfeccionando su retórica, siendo alumno de los humanistas ingleses Thomas Linacre y William Grocyn.

 

 

Las obras de San Agustín y Tomás Moro, leídas en sus contextos históricos llenan de luz la doctrina tradicional de la Iglesia respecto a la relación de la Iglesia y del poder político. Uno de Teología de la Historia, otro de pensamiento utópico.

 

 

Moro, como San Agustín, poseía una fuerza interna: su pasión por la verdad, heredades de Sócrates, Platón y Aristóteles. Entre 14921494, adquirió una vasta cultura humanista, centrada en las lenguas y literatura grecolatinas, Traducirá a Luciano, la retórica y la lógica.

 

Allí conocerá a Juan ColetGuillermo LinacreTomás LatimerCuthberto Tunstall y Juan Colt que, junto a Erasmo de Roterdam, formarán su círculo de amistades humanistas. En Oxford, Moro estudió con Linacre, uno de los principales humanistas del Renacimiento. Linacre era un erudito clásico, preceptor del hijo mayor de Enrique VII, el príncipe Arturo, y también médico.

 

Linacre, que más tarde dio nombre a un “college” de Oxford, enseñó a Moro y a otro alumno, Erasmo de Rotherdam, el latín y el griego, les inculcó su entusiasmo por lo que entonces se denominaba el “New Learning” El nuevo saber” que más tarde recibiría el nombre de “Renacimiento”, y les comunicó su gran apetito intelectual por los clásicos, las humanidades, la literatura, la poesía y la música.

 

John Colet (14671519) enseñaba también en Oxford en esa época y compartía muchas de las nuevas ideas del Renacimiento, aunque su influencia en Moro se produjo a través de sus escritos teológicos y su predicación. Colet denunciaba muchos de los abusos eclesiásticos de entonces y atacaba las concepciones escolásticas acerca de la doctrina de San Pablo, tratando de establecer una nueva forma de erudición bíblica basada en los textos griegos originales.

 

Sin embargo, Moro se marchó de Oxford dos años después sin graduarse y, por insistencia de su padre, en 1494 se dedicó a estudiar leyes en el New Inn de Londres y, posteriormente, en el Lincoln’s Inn, institución en la que había trabajado su padre.

 

En 1496 comenzó a ejercer la abogacía ante los tribunales. Posiblemente durante esta época aprendió el francés, necesario tanto para las cortes de justicia inglesas como para el trabajo diplomático, uniéndose este idioma al inglés y latín ya aprendidos durante sus estudios primarios.

 

En torno a 1497, comenzó a escribir poesías, con una ironía que le valió cierta fama y reconocimiento. En esta época tiene sus primeros encuentros con los precursores del Renacimiento, conociendo a Erasmo de Róterdam, con quien entablaría amistad, y a John Skelton. En el verano de 1499 se produce un hecho que será definitivo en la vida de Moro: su primer encuentro con Erasmo, que viajó a Inglaterra invitado por lord Mountojoy y pasa el verano en su casa de campo cercana a Greenwich.

 

Tomás Moro de veintidós años entabla amistad fraternal con el gran humanista flamenco Erasmo de Rotherdam, que tiene entonces treinta y tres años. Se entienden en latín fluido; Moro admirará en Erasmo su enorme erudición; Erasmo, el ingenio y las excelentes cualidades intelectuales de Moro. Este primer encuentro, marcará profundamente la vida de ambos. En el otoño Erasmo se desplaza a Oxford donde trata a John Colet, que le impresionará vivamente, mientras Moro sigue aplicándose al Derecho en Londres, en donde consigue su ingreso como barrister en el Bar en 1501.

 

Hacia 1501 ingresó en la Tercera orden de San Francisco, viviendo como laico en un convento cartujo hasta 1504.  Allí se dedicó al estudio religioso. Alrededor de 1501 tradujo epigramas, Griegos al latín y comentó “La ciudad de Dios” de san Agustín de Hipona.  Durante un tiempo, pensó en hacerse sacerdote.  De 1501 a 1504, vivió con los monjes de la Cartuja de Londres, dedicado a “la devoción y la oración”. Allí fue donde empezó a llevar un cilicio de penitente, que no se quitaría hasta el día antes de su ejecución, más de 30 años después.

 

Erasmo dijo que Moro se fue de la Cartuja y abandonó su vocación religiosa porque prefería ser “un esposo casto que un sacerdote impuro” y porque se había enamorado.

 

Cotterill añade otras dos razones: la vida eclesiástica era para Moro una burda caricatura del cristianismo; y Pico della Mirandola, a quien Moro admiraba, se había negado también a hacerse monje. A través de los humanistas ingleses tuvo contacto con Italia.

 

Aunque abandonó su vida ascética para volver a su anterior profesión jurídica hasta ser nombrado miembro del Parlamento en 1504, Moro nunca olvidó ciertos actos de penitencia, llevando durante toda su vida un cilicio en la pierna y practicando ocasionalmente la flagelación.

 

Miembro del Parlamento desde 1504, Tomás Moro fue elegido juez y subprefecto en la ciudad de Londres, y se opuso a algunas medidas de Enrique VII. Desde allí escribió un poema dedicado al rey, que acababa de tomar posesión de su trono. La obra llegó a manos del rey, que hizo llamarlo, naciendo a partir de entonces una amistad entre ambos. Sea cual fuere la razón real –y quizás hubo varias.

 

Al abandonar el convento de los cartujos, en 1505, contrajo matrimonio con Jane Colt y ese mismo año nació su hija Margaret, quien fue su discípula. Habiendo abandonado la Orden de los Cartujos, se recibió en leyes y ejerció la abogacía con éxito, en parte gracias a su preocupación por la justicia y la equidad; más tarde sería juez de pleitos civiles y profesor de Derecho.

 

Durante los cinco años siguientes, Jane le dio cuatro hijos, tres niñas y un niño. En 1506 nació su segunda hija, Elizabeth.  Ese año tradujo al latín a Luciano de Samosata con ayuda de Erasmo. Un año más tarde nació Cicely, su tercera hija.

 

En 1509 nació su hijo John. Moro participó en gestiones entre grandes compañías de Londres y Amberes. Ese mismo año escribió poemas para la coronación de Enrique VIII.

 

Con la llegada de Enrique VIIIprotector del humanismo y de las ciencias, Moro integró el primer Parlamento convocado por el rey en 1510. Moro viajó por Europa y recibió la influencia de distintas universidades. Ese año  fue nombrado miembro del Parlamento y vicesheriff de Londres.

 

Un año más tarde murió su esposa Jane y  Moro se casó con Alice Middleton, viuda, siete años mayor que Moro y con una hija; Alice. Tomás Moro era  hospedado y mayordomo en el Lincoln’s Inn, donde dictó conferencias entre 1511 y 1516.

 

Tras realizar una traducción, publicada en 1510,  de una biografía de Giovanni Pico della  Mirandola escrita por su sobrino Gianfrancesco, quedó prendado del sentimiento de la obra que adoptó para sí, y que marcaría definitivamente el curso de su vida.

 

La imagen que nos da Erasmo sobre Moro en sus cartas es la de un hombre cuya vida familiar era muy feliz, que gozaba con la compañía de sus hijos y fomentaba sus dotes intelectuales.  En 1515 comienza su carrera diplomática en Flandes, Calais (1517) y en su mismo país.

 

En 1515, Tomás Moro fue enviado como  embajador  comercial en Flandes. Ese año escribió el libro segundo de Utopía y un año más tarde el libro primero; la obra completa fue publicada en Lovaina. (La segunda parte de Utopía fue escrito primero).

 

 La obra de Moro; Historia de Ricardo III. (1513-1518), escrita en latín e inglés, aunque inconclusa, fue impresa en inglés de forma imperfecta en la Crónica, de Richard Grafton (1543) y usada por otros cronistas de la época como John Stow, Edward Hall y Raphael Holinshed, transmitiendo así material a William Shakespeare para su obra Ricardo III.

 

Dos años después, el día 1 de mayo se produce una revuelta en Londres contra mercaderes extranjeros, que Moro logra refrenar hábilmente, por lo que el rey Enrique VIII lo llama a su servicio como Consejero real.

 

 

NOTA; Este artículo en parte del I Capítulo del libro digital “TOMÁS MORO, POLÍTICO Y GOBERNANTE”, de José Gómez Cerda.